Comprendiendo las Reglas de Residencia Fiscal en Turquía.

Turquía, un puente cautivador entre Europa y Asia, es conocida por su cultura dinámica, rica historia y economía en crecimiento. El país se ha convertido en un destino atractivo para inversores extranjeros y personas en busca de nuevas oportunidades. Uno de los aspectos críticos para establecerse personal o comercialmente en Turquía es comprender las reglas de residencia fiscal, que tienen implicaciones significativas en la tributación y el cumplimiento normativo.

Definición de Residencia Fiscal en Turquía

En Turquía, las reglas de residencia fiscal especifican la forma en que individuos y empresas son gravadas en base a su conexión con el país. El estatus de residencia fiscal de un individuo se determina por su presencia física en Turquía y su intención de residir en el país.

Individuos

Para fines fiscales individuales, un individuo se considera residente fiscal en Turquía si:
1. Reside en Turquía de forma continua por más de seis meses dentro de un año calendario.
2. Ha establecido la «intención de establecerse» en Turquía, incluso si permanece en el país por menos de seis meses.

Es importante destacar que ausencias temporales por motivos como viajes de negocios, vacaciones o tratamientos médicos no interrumpen la continuidad de la residencia al calcular el período de seis meses.

Empresas

Las reglas de residencia fiscal corporativa difieren ligeramente. Una empresa se considera residente fiscal en Turquía si:
1. Está incorporada bajo la ley turca.
2. Su sede legal (oficina registrada) o lugar de gestión efectiva (donde se toman decisiones clave de gestión y comerciales) se encuentra en Turquía.

Implicaciones de la Residencia Fiscal

La residencia fiscal influye en el alcance de los ingresos tributables en Turquía. Los residentes están sujetos a impuestos sobre sus ingresos a nivel mundial, mientras que los no residentes solo están gravados por los ingresos generados dentro de Turquía.

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